Miles de agendas escolares para la inclusión social en Guadix

Cada día, a las nueve de la mañana, el centro abre sus puertas para acoger a más de cien personas procedentes de Guadix y comarca de entre 21 y 70 años. En torno a una mesa cuadrada de grandes dimensiones, los protagonistas de este taller se reúnen con Chema y Blanca, los monitores encargados de indicarles qué tareas deben realizar. «Hacen una especie de producción en cadena. Algunos se encargan de hacer los agujeros para encuadernarlas y otros de anillarlas una vez están terminadas. También son los que ordenan las hojas para que queden perfectamente organizadas», ha explicado a este periódico la directora de la asociación, Montse Hernández. «Yo me encargo principalmente de anillar las agendas», explica David, uno de los chicos que participa en el taller. «También realizamos tazas o serigrafías para los distintos encargos que recibimos», añade. En ese mismo momento, algunos recortan u organizan las hojas de los calendarios escolares que pronto estarán en las manos de los niños de numerosos centros.

Hace cinco años, se pusieron en contacto con un colegio de Baza y les ofrecieron realizar las agendas escolares para el nuevo curso proporcionándoles un diseño previo. «Siempre hacemos un diseño general y los centros nos dicen algunos detalles que incluir. También dejamos algunos apartados para que sean ellos mismos quienes nos expliquen qué datos quieren añadir: datos del centro, dirección, teléfonos...». La temporada de producción de agendas empieza en el mes de mayo y el resto de meses tratan de perfeccionar las técnicas y mejorar las habilidades de los creadores cuyos productos se extienden, a día de hoy, hasta un total de 60 centros educativos. «Este año hemos producido cerca de 7.000 agendas y esperamos que en los años siguientes esto se siga manteniendo», explica Chema, el monitor de los más jóvenes.

Entre risas y gestos de cariño con muchos de los niños que ocupan las aulas donde se imparten distintos talleres, la directora del centro explica que su principal objetivo es potenciar la destreza y las habilidades de estas personas. «Muchos de ellos tienen una paciencia o son capaces de desarrollar artículos de cerámica, que para muchos de nosotros sería imposible», asegura. Y con ello, se refiere al arte de realizar fundas de móviles de tela o cojines perfectamente confeccionados, así como a la técnica del esmaltado en alfarería, en la que gota por gota, se van añadiendo los dibujos de decoración con los que se finalizan los productos.

Después, todos ellos son vendidos en una tienda denominada 'Acciartesanía' ubicada enfrente de la catedral de Guadix. También realizan las antiguas sillas de anea. Algo que, por su tradición, ha atraído a compradores incluso de Japón.

«Como somos unos de los pocos lugares de la zona donde todavía se producen, tenemos bastante demanda. Cuando unos clientes de Japón se enteraron de que nosotros las hacíamos y las decorábamos a su gusto, hicieron un pedido y ya se han vendido cerca de 500», explicado Montse.