Un Jueves Santo mirando al cielo sólo para rezar

Un Jueves Santo mirando al cielo sólo para rezar
  • Dos hermandades del mismo barrio se reparten las devociones de la tarde del Jueves Santo en Guadix: Nazareno y Lágrimas. Este Jueves Santo, por primera vez en los últimos años, los cofrades que miraban al cielo lo hacían sólo con la preocupación espiritual y no por temor a lluvia. Excelente noche, tanto en lo meteorológico como en lo cofrade, la que se vivía en Guadix a la hora de la salida de las dos cofradías que tenían prevista su estación este Jueves Santo.

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La Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Expiración acompañó un año más al Nazareno accitano. 'Amor de Madre' sonó para recibir a la cruz de guía de esta hermandad en el compás del Cardenal Don Gaspar de Ávalos. Como es tradición en esta hermandad la marcha 'Requien' sirvió para recordar a todos los hermanos difuntos. También la primera llamá del capataz, Víctor Pérez, estuvo dedicada a los hermanos fallecidos y especialmente a Irene Valverde, fallecida recientemente en accidente de tráfico y cuya familia está muy unida a la Hermandad.

Sobre un calvario de clavel rojo, con esquinas en lirio morado y rosas rojas, el Nazareno, conocido como 'El Llavero' por llevar las llaves del convento de clausura de Santiago, regresaba a las calles de Guadix. Este año se estrenaba la última fase del dorado del paso, candelabros de guardabrisas y moldurones obra del Taller Hermanos Caballero. Las capillas laterales del impresionante paso dorado estrenaban también las imágenes de Santa Clara y Santa Rita.

Como cada año desde 1980, y este año se cumplían 35, la corporación nazarena acudía al convento de clausura para la imposición de las llaves. La emoción era evidente en el rostro de Joaquín Villalba, el hermano al que se encomendó este año el honor de subir hasta la peana del paso para colocar en las manos de la imagen las llaves del convento que la congregación religiosa confía a la imagen en agradecimiento y recuerdo por la victoria del Nazareno en 1810 ante las tropas napoleónicas y que supuso la salvación del convento. Joaquín, costalero del Nazareno, cumplía así un sueño que tenía desde niño cuando entró a formar parte de la Hermandad.

Junto a la antigua iglesia de San Agustín, la Banda Municipal de Música de Guadix recibía con los sones de la marcha 'Amarguras' a la cruz de guía de la Hermandad de las Lágrimas. Tras ella se ponía en la calle el cortejo más numeroso de la Semana Santa accitana. Los hábitos azules y blancos se distribuían en dos nutridas filas de nazarenos seguidos de un numeroso número de camareras.

El palio de las Virgen de las Lágrimas, vestido íntegramente de clavel blanco, supuso un regreso al clasicismo en el exorno floral de una Semana Santa que se está caracterizando por la innovación en este terreno. La primera marcha en sonar en la plaza fue 'Reina de las Lágrimas' de Martín Salas, dedicada a la titular de esta hermandad.

Este año no hubo estrenos significativos, aunque la Hermandad ha apostado por la restauración de parte de la rica orfebrería del paso. Toda la orfebrería del palio, a excepción de los varales, es de Orfebrería Villarreal. La Virgen porta corona de plata sobredorada con incrustaciones de oro, platino y marfil, que este año también se ha dorado.

El Nazareno tenía previsto su regreso a las 00:50 horas y la Virgen de las Lágrimas a las 00:35. A esa hora estaba previsto que estuviese en la calle la procesión del Silencio con el Cristo de la Luz desde Santiago y la de La Obediencia desde la iglesia de San Torcuato que abrían ya el Viernes Santo.